El problema de la informalidad minera: Una oportunidad para mejorar la calidad educativa y propiciar el clúster minero

La formalización minera en el Perú

El problema de la informalidad minera ha permanecido latente en el Perú desde hace muchos años, pese a los diversos intentos por regularla como la ley N° 27651 (2002), el decreto legislativo N° 1105 (2012), hasta la actualidad con el decreto legislativo N° 1336 (2017), los porcentajes de formalización han demostrado que aún no hay una estrategia efectiva. 

¿Qué origina la informalidad minera?

El origen de éste problema en la mayoría de los casos es la ausencia del Estado en las operaciones de la minería artesanal y de pequeña escala (MAPE), ésta causa se debe a la falta de recursos de los entes competentes para supervisar las áreas de la MAPE, las cuáles se encuentran en zonas muy alejadas de las sedes institucionales, tal es el caso de la Oficina de Enlace de la Dirección General de Formalización Minera en Suyo, Ayabaca, Piura, que en el año 2018 bajo la gestión del señor Vicente Félix Luna Vargas señala que “no se puede ayudar al minero informal con la infraestructura actual, ya que solo se va esporádicamente al lugar del yacimiento del minero informal”. Además, afirma que “el problema no es normativo, sino el concepto que se tiene de servidor público. Se necesita una visión integral del servidor público y si son pocos como en esta oficina, se deberían dar las facilidades, por ejemplo: logística. No contamos con equipos de oficina. Uso mi propia laptop. Se debería –según él– implementar conexión 4G (velocidad de internet para trámites). El ámbito es muy grande para esta oficina”.

Del caso anterior se puede deducir que existe una enorme brecha entre el número de mineros y fiscalizadores, sin embargo el rol del Estado no solo se debe limitar a fiscalizar, sino que también debería brindar asistencia técnica y realizar seguimiento a las operaciones de la MAPE, las cuáles en su mayoría trabajan bajo conocimientos empíricos y desactualizados a los avances de la industria minera.

¿Qué oportunidades existen para solucionar el problema?

La otra cara de la moneda son los estudiantes de ingeniería de minas de la Universidad Nacional de Piura (UNP) que no cuentan con la infraestructura adecuada para recibir una educación de calidad, ya que hasta la actualidad la gestión universitaria no ha implementado laboratorios necesarios para fomentar la investigación en el alumnado, problema que trae retraso y no promueve el progreso educativo. Según una base de datos, en el período 2015-2019, la UNP recibió el enorme monto de S/. 48' 689, 557 por canon y sobrecanon petrolero, sin embargo la gestión rectoral del ingeniero de minas César Reyes Peña destinó poco menos de 2 millones y medio de soles a la categoría presupuestal de investigación. Es decir apenas el 5% se invirtió en investigación. Incluso, con ese monto pagaron servicios profesionales a terceros, compraron vehículos y mobiliario; dieron mantenimiento a ambientes e hicieron otros gastos administrativos que poco redundaron en investigación.

Frente a éste escenario la posibilidad de conectar a la comunidad universitaria con las organizaciones de mineros de la MAPE se ha convertido en una necesidad para ambas partes, donde es necesario un mecanismo de coordinación que fomente la unión y el compromiso constante para traer beneficios mutuos a largo plazo. Una herramienta que permite éste provecho recíproco son los proyectos de aprendizaje-servicio, los cuáles han sido una tradición de larga data en los países de primer mundo, y además promueven la participación ciudadana y la conciencia social.

Ésta oportunidad permitirá a los estudiantes a entender y gestionar mejor los conocimientos que adquieren en las aulas. Y a los mineros la posibilidad de mejorar sus procesos productivos en sus labores, lo que beneficia al Estado ya que se fomenta la formalización. Para llevar a cabo éstos proyectos es necesario la iniciativa por parte del gobierno en coordinación con la universidad pública y los representantes de los gremios mineros, así mismo es necesario implementar los laboratorios en la escuela de ingeniería de minas para mejorar los procesos de aprendizaje y brindar mejor asistencia técnica. De ésta manera la academia se conecta a los desafíos regionales. 

Los gobiernos deben promover la prosperidad a través de las universidades e instituciones técnicas para aumentar las ventajas competitivas de una industria o nación. Los clústeres proveen de entrenamiento especializado, educación, información, investigación y soporte técnico para todas las industrias. Para que funcionen como se espera, deben establecer una fuerte presencia local, hacer sustanciales inversiones y forjar relaciones con los gobiernos de turno y con instituciones como escuelas, empresas de servicios públicos y centros de investigación. 

 


La visión del Perú: el clúster minero

La minería en la actualidad es una industria de ciencia, tecnología, innovación y emprendimiento, así lo entendieron hace décadas países como Australia, Estados Unidos y Canadá que han trabajado fuertemente en educación, innovación y tecnología, y establecieron universidades y proveedores de bienes y servicios altamente tecnificados, que trabajan constantemente comprometidos con sus clientes mineros para conocer desafíos y proponer soluciones para ser desarrolladas. 

¿Qué es un clúster minero y cómo crearlo?

El clúster minero es la agrupación de empresas, instituciones y proyectos mineros que colaboran para ser más competitivas en espacios geográficos cercanos que cuentan con  infraestructura como puertos, aeropuertos, carreteras y factor humano que permita el desarrollo del clúster minero e impulse la innovación. Los clústeres mineros aceleran la economía al permitir que la minería se desarrolle para generar miles de puestos de trabajo adicionales, y reduzca la pobreza y extrema pobreza. 

Para que exista un clúster en cualquier actividad industrial es obligatorio que reúna los  requisitos esenciales citados: cercanía geográfica, encadenamientos productivos naturales y no forzados, cooperación, entendida como la creación de centros de investigación conjuntos con ecosistemas de integración e interacción entre equipos de múltiples disciplinas y áreas de conocimiento, y siempre enfocados en alcanzar el objetivo de la innovación. Un claro ejemplo es el estado australiano Queensland, donde mediante la articulación de las empresas, el Estado y la academia, se ha podido crear un instituto para la minería sustentable y un centro de competitividad para la minería. 

El experto en clúster mineros Ric Gros, predijo que “Para lograr que en Perú se desarrolle el clúster deben unirse las empresas mineras, el gobierno, los proveedores, la universidad y asociaciones industriales. Asimismo, el Estado debe dar incentivos sociales a las empresas que lideren el desarrollo de esta iniciativa”.

Gros también señala que gracias al clúster la capacidad de las empresas se acelera, se incrementa la investigación científica, y se mejora el capital humano. Además se generan mejores iniciativas de exportaciones y se impulsa el clúster de suministros de innovación. Sin embargo, el secreto para que funcione todo es que haya liderazgo y colaboración. “Por cada dólar que da el Estado, un dólar debe dar la empresa”. Enrique Molina, indicó que Perú tiene todas las condiciones para instalar un clúster minero y deben aprovechar esa oportunidad porque su desarrollo permite exportar tecnología.

La experiencia australiana y chilena enseñan que la institucionalización del clúster puede originarse desde una política pública o una iniciativa privada o gremial, con el tiempo estas decisiones suelen tomar la forma de plataformas o alianzas público-privadas (APP). Estas incentivan sinergias entre sector público, empresas, universidades, centros de innovación e incubadoras de negocio. Las propias instancias del Estado (por ejemplo, PRODUCE) podrían formar a gestores de clúster. 

En conclusión la visión del clúster debe ser impulsada por las élites económicas; los funcionarios del Estado más vinculados (MINEM y PRODUCE) y los gremios de empresarios de la gran, mediana y pequeña empresa. Las universidades deben articularse a partir de proyectos concretos. Por ejemplo, un clúster requiere de una continua investigación de mercados y de las tendencias (tecnológicas y económicas, pero también sociales y ambientales) que afectan el ecosistema en el que se mueven los proveedores de bienes y servicios al sector minero. Ello es lo que se realiza en Chile a través de COCHILCO y que sigue el siguiente procedimiento: se propone un concurso entre universidades para instalar un centro de monitoreo que facilite información a los proveedores de bienes y servicios sobre futuros contratos. De ésta manera, una estrategia de convergencia entre sectores productivos y estratos de pequeñas, medianas y grandes empresas, permitiría un desarrollo más inclusivo asegurando una mejor redistribución de la riqueza.

Nichos inexplorados para la innovación minera

En el hemisferio Sur y particularmente en el Perú, las operaciones presentan grandes dificultades por la altitud, lo que origina una oportunidad para nuestros técnicos e ingenieros deseosos de crear e innovar. La altitud y falta de oxígeno, condición propia de nuestras minas, ofrece un laboratorio para el análisis de rendimiento de motores y excesiva retención de calor en engranajes. En el Perú, a diferencia de los países más desarrollados con los que competimos, la innovación, tecnología y educación, no ha venido siendo el núcleo de nuestra visión y estrategia de desarrollo. Países como Australia, tan minero como el Perú, viene haciendo este trabajo desde hace mucho tiempo y ya ha logrado que sus exportaciones de servicios de tecnología e innovación aplicada, sea equivalente al 45% del valor de sus exportaciones mineras. Chile ha adoptado el concepto y lo está trabajando de la mano de Pro Chile con éxito.

La minería artesanal y de pequeña escala (MAPE) también presenta desafíos para la innovación, como es el caso de la Amazonía dónde la minería aluvial ha deforestado gran parte del territorio. Recientes iniciativas como el programa "Gran Desafío Global" organizado por Conservation X Lab y la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID), promueven la generación de innovaciones en el sector de la MAPE, para lograr implementar soluciones reales y prácticas responsables en términos ambientales y sociales en la MAPE. El desarrollo de estas innovaciones tecnológicas facilitaría la formalización de dichos mineros.

Las fuentes de financiamiento para la innovación

Los ecosistemas de innovación requieren que los recursos provengan equitativamente de los proveedores, del Estado y de las empresas mineras. Por otro lado, la experiencia de incentivos a la innovación solo del lado de la demanda, proveniente de las empresas mineras más grandes, puede limitar la iniciativa por el lado de la oferta de los proveedores. Asimismo, puede desatender los desafíos que tiene el sector minero en su conjunto pero que no necesariamente son responsabilidad de los actuales operadores mineros. Entre estos se cuentan los vinculados a la competitividad de otros sectores, a la pequeña minería y minería artesanal y a la remediación de los pasivos ambientales mineros, que pueden generar oportunidades de innovación y negocio con perspectiva de “valor compartido”. Una buena práctica detectada son los fondos concursables y las alianzas entre CONCYTEC y las universidades públicas para destinar los fondos del canon hacia una investigación orientada a aportar a los desafíos de desarrollo regional.

Experiencias de clúster minero en el Perú

Perú contó con una especie de clúster minero en Cerro de Pasco, en 1901 gracias a la entrada de la Cerro de Pasco Corporation, una empresa norteamericana que adquirió alrededor del 80% de las minas de la zona, se aumentó considerablemente la inversión en la zona, lo cuál hizo posible la construcción de infraestructura necesaria para permitir el crecimiento de la minería y la implementación de un complejo minero. La empresa además lideró la formación de un clúster debido a su mayor capacidad de financiamiento y a las relaciones estrechas que mantuvo con otras empresas medianas y pequeñas. En la misma medida, la similitud tecnológica de sus operaciones con las demás empresas de mediana minería facilitó su interés en el desarrollo de dicha aglomeración.

El norte del Perú también fue una región con gran posibilidad de formar un clúster minero pero sin embargo fueron dos factores clave los que impidieron ésta realidad: El primero es que la mayoría de proyectos establecidos son auríferos, y debido a la caída del precio del oro en el 2019 a raíz de las crisis financieras, la propuesta careció de valor. Desde otra perspectiva los conflictos sociales como el bloqueo de Conga y los casos de Cerro Quilish también limitaron la oferta.

En la actualidad debido a la situación económica y coyuntural, se propuso a Arequipa como una sede estratégica para el clúster peruano, ya que cuenta con una industria metalmecánica de exportación de primer nivel que suministra equipos a la industria minera nacional. También viene trabajando en la creación del primer Centro Internacional de Investigación Minera, impulsado por la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA) de Arequipa y el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP). 

Arequipa además cuenta con institutos de educación superior de calidad, tres de sus universidades (la Universidad Nacional San Agustín de Arequipa, la Universidad Católica de Santa María y la Universidad Católica de San Pablo) se ubican en el top 25 del ranking de SUNEDU (2017). Asimismo, cuenta con institutos técnicos como TECSUP, SENATI y CETEMIN, que brinda carreras como maquinaria pesada y soldadura. Sin embargo, las empresas proveedoras suelen complementar esta formación a través de capacitaciones dentro de sus instalaciones, pues los egresados no llegan necesariamente con todas las competencias requeridas. Los clústeres también funcionan como polos atractivos a la inversión extranjera, así como empresas proveedoras internacionales que no solo instalan sedes comerciales, sino también talleres de fabricación y remanufactura.




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